El coronavirus ha lanzado a muchas empresas al teletrabajo.
Es posible que puedas hacer gran parte del trabajo de tu empresa de forma remota, conectándose a VPN’s y a escritorios virtuales… De todo esto, sabe mucho más alguien de sistemas que yo y no pienso meterme en esos charcos.
Donde sí voy a procurar poner un poco de luz es en la parte de gestión que es sobre lo que controlo.
De acuerdo, ya tienes a todo el mundo en su casa con teletrabajo.
¿Y ahora qué?
Con un equipo a distancia, el rendimiento no depende de la tecnología si no de la persona que la utiliza. De nada sirve hacer teletrabajo si tu equipo no sabe exactamente qué debe hacer y cuándo tiene que hacerlo.
Pero hay mucho más, por supuesto.
La comunicación
Pasamos de una comunicación cara a cara, física, a una comunicación online y esto no es nada sencillo. Debemos recordar que lo que lees se interpreta según la emoción que tú tienes en ese momento. Y la misma frase cambia estés de un humor u otro. Igual que la sonrisa de la Mona Lisa.
¿Qué herramientas de comunicación utilizas?
Tenemos cientos, Teams, Skype, Hangouts, Telegram, Whatsapp, Slack, el e-mail, Teamviewer, Yarooms, Zoom, Workplace (de FB), Facetime…
Hay tecnologías que se adaptan mejor que otras a nuestra forma de trabajar y elegir la incorrecta, acaba dando problemas. En el online se pierde la capacidad de “ver” a la otra persona, de escuchar su tono de voz, de sentir su humor, todas esas claves no verbales que nos ayudan en nuestro día a día. En esta crisis estoy segura de que muchos vais a recuperar las llamadas telefónicas.
¿Qué necesitas? ¿Dar y recibir feedback? ¿Evitar malentendidos? Todo esto se debe tener en cuenta a la hora de elegir una herramienta de comunicación online.
Si se trata de hacer circular la información o compartir ideas, hay que utilizar medios de texto.
El e-mail, debe quedar rezagado a lo mínimo posible. No necesitas enviar un e-mail para dar un ok.
Si alguien se ha equivocado y le ha mandado la información incorrecta a otra persona, si no ha cumplido con su tarea o ha hecho algo que ha molestado a alguien del equipo, hay que tirar de videoconferencia.
No te olvides de disponer de un lugar común (equivalente a la fuente de agua o la máquina del café de tu oficina) donde poder chismorrear un rato. Yuval Noah Harari, autor de Sapiens, sostiene que el cotilleo nos hizo sobrevivir como especie porque es la forma que tienes de conocer al resto del grupo y la manera de saber si esa persona es de fiar o no.
Por eso es recomendable ese lugar común donde preguntarle al compañero cómo va todo fuera del trabajo y mantener las relaciones interpersonales. Aunque sea virtual.
Por cierto, una cosa es cotillear y otra despellejar.
Busca un rato para conectarte con tu equipo en persona y hablar, o incluso tomar un café virtual. Debes encontrar la forma de mantener al grupo unido y motivado. Y esto, solo lo podrás hacer cara a cara.
Ojo con el texto
Hoy en día, nos comunicamos por texto más que en los últimos 40 años. El problema, es que la persona receptora lo filtra por sus creencias, por sus prejuicios, por su estado de ánimo… Y puede acabar provocando malentendidos y graves problemas en el equipo.
Cuando escribes, eres menos precavido, nos lanzamos a decir cosas que en persona no diríamos nunca. Como no ves la cara de la que recibe el mensaje, en muchas ocasiones nos ponemos a decir cosas negativas. Es más fácil quejarse y enfadarse. Lo que viene siendo «dejar salir al troll que todos llevamos dentro».
Esa falta de filtros a la hora de escribir va en ambos sentidos, por lo general, en el otro lado, nos situamos a la defensiva y las palabras recibidas hacen que nos sintamos atacados de forma más negativa que la que el remitente pretendía. ¿No os ha pasado? De repente lees un e-mail y el corazón te da un vuelco.
Esto se debe a que las emociones se transmiten por señales no verbales.
Hay investigaciones que sugieren que, al recibir un e-mail que intenta emitir emociones positivas, la interpretación a menudo es neutra. Y cuando se transmiten emociones negativas, el receptor lo interpreta en modo “hijo del infierno”.
Esto ocurre porque al leer un texto de otra persona, pensamos que los demás se centrarán en cosas que para nosotros son importantes. Y no tiene por qué ser así.
Si quieres mejorar en este punto, antes de enviar un e-mail, revisa el correo y confirma que estás usando el tono correcto, que has indicado todas las cosas importantes que quieres que se hagan o lo que contestas.
Acostúmbrate a resaltar las partes clave. Usa las negritas, da formato al e-mail y asegúrate de cubrir todos los puntos sin pasarte de negativo. Y usa emojis si son necesarios. No te pases, pero úsalos.
Falta de información
Cuando empezamos con teletrabajo perdemos el contacto del día a día y pueden ir ocurriendo situaciones en las que al final, la información no se distribuya uniformemente.
Ejemplo, en una empresa, si envías un e-mail a un grupo de personas y no a otras, es probable que alguno se de cuenta de que falta incluir a alguien y se lo lea al compañero en voz alta si comparten oficina. Esto, se nos puede ir de la cabeza cuando dejamos de vernos y de estar en compañía. Es necesario seguir manteniendo informados a todos los compañeros de qué está pasando o en qué situación se encuentra un proyecto. Si la información no fluye el agujero que se puede formar es grande… Porque por lo general como hemos visto antes, pensamos lo peor…
Por eso, se debe priorizar mantener la comunicación entre todos los miembros del equipo. Comparte toda la información que puedas sobre qué está ocurriendo, qué problemas y qué prioridades existen. Confirma siempre la recepción del mensaje (usa sistemas para «trackear» la llegada del mismo) y procura no sacar conclusiones precipitadas. Si alguien no te confirma que le ha llegado el mensaje después de un tiempo, pregúntale. Puede que no lo haya recibido porque la tecnología… ¡Falla!
La confianza
Confiar en los compañeros, es fundamental en un trabajo en equipo. Cuando arrancas con el teletrabajo, esa confianza se puede llegar a perder porque el compañero, “no está a tu lado”. Ayudar a establecerla en estas situaciones es prioritario. Algunas estrategias pueden ser:
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