Me hayo en un momento de reflexión a raíz de las últimas experiencias vividas y quiero compartir este aprendizaje. ¿Necesitas un jefe de proyecto para poner algo en marcha? ¿Es necesaria esta figura? ¿Cuáles son sus principales tareas?
Todo eso y algo más es lo que comparto contigo en este episodio.
Antes de nada, como siempre, te dejo el episodio en Spotify y en el resto de plataformas: Podimo, Spreaker, Ivoox, Google Podcast, Apple Podcast y Youtube.
Además, te recuerdo: este post es un resumen de todo el contenido que doy en el episodio. Ahí doy mucho, mucho más de lo que hay aquí.
¿Piensas que en determinados proyectos no se necesita a nadie? ¿Qué pasa si pones a alguien a liderar un proyecto y luego lo quitas?
Últimamente me centro mucho en hacer reflexiones. En hacer preguntas con la esperanza de que tú también te las hagas y juntos le demos la vuelta a las cosas.
Y hace unos días, reflexionaba en cómo los proyectos pueden acabar yéndose a la porra porque no hay nadie que los lidere, porque no hay un jefe de proyecto. En el episodio de hoy, voy a hablar precisamente de este tema.
Este es uno de esos episodios a los que llamo «de café». Un episodio donde sale todo casi sin guión y sin pensar. Así como si estuviéramos tomándonos un café, hablando de la vida en general y de tu empresa o emprendimiento en particular.
En el mundo emprendedor todos empezamos siendo Juan Palomo: lo hacemos todo nosotros y con las dificultades que se pasan al inicio, no es difícil ver que llega un momento donde o soltamos o nos estancamos. Ahí empiezan las dificultades, ¿montas un equipo o colaboras? Dependerá de tu naturaleza y de la naturaleza de tu emprendimiento. Muchas veces es mejor buscar colaboradores que un equipo desde el principio. Esto me da para otro café, así que lo voy a dejar un momento de lado.
Nuevas necesidades en la empresa
Hablemos de la empresa. Hablemos del entorno donde ya está formado el equipo y todo el mundo sabe hacer su trabajo. Habéis estado años desarrollando el trabajo de determinada manera pero te das cuenta que últimamente, no fluye todo tan bien. Hay mucho más trabajo que hace un año y eres consciente de que tienes que mejorar la forma de trabajar de tus clientes internos porque no dan más de sí.
Te planteas, por tanto, incorporar una nueva herramienta tecnológica. Y a continuación, te haces preguntas: ¿quién se va a hacer cargo de esto? ¿Busco a alguien interno o externo? Bueno, quizá interno no pueda ser porque estamos todos hasta arriba de trabajo. O quizá no.
Hasta ahora el equipo ha sido autosuficiente. No ves la razón por la que no puedas ponerlo tú en marcha. Te pones a ello y… problemas. Para empezar, tú tienes tu propio trabajo y responsabilidades. Y el resto del equipo, también. Ser autosuficiente implica que ahora tu equipo trabaja por su cuenta, en islas separadas sin tener en cuenta a los demás.
Quieres poner en marcha esa nueva herramienta, eres consciente que la necesitas pero… no funciona.
Beneficios de tener un jefe de proyecto
¿Qué hubiera ocurrido si hubieras puesto a alguien, interno o externo, a ello? ¿Si hubieras puesto un jefe de proyecto? Habría alguien empujando por dicho proyecto. Una persona que se encargara de tomar en consideración todos los cambios que hay que hacer. Alguien que reuniera a la gente bajo un único punto de presión: sacar adelante ese proyecto.
Motivación, equipo, objetivos, responsabilidades,… todo eso es lo que gestiona un jefe de proyecto. Lo de las tareas y el tiempo dedicado, es accesorio.
Eso sí, para elegirlo dentro de tu equipo tienes que ser consciente de que hay que hacer un cambio de responsabilidades. No puedes exigirle eso y además que haga lo otro. O uno o lo otro, porque no somos máquinas y a todos nos gusta irnos con la sensación de un trabajo bien hecho, sí, pero pudiendo conciliar.
Sé que muchas veces no parece así, sé que muchas veces en un proyecto donde hay varias personas da la sensación de que no es necesario nadie que impulse dicho proyecto. ¿Pero qué pasa cuando sacas a esa persona del equipo? ¿Qué pasa cuando no tienes a nadie que lidere ese proceso? Pues que el proyecto se va a la porra.
La realidad es que durante toda nuestra vida nos han enseñado a hacer las cosas bajo el mando de una persona. El profesor. El jefe.
Trabajar en equipo con gente autogestionada es un gusto y un lujo. Y tengo la convicción de que las nuevas generaciones irán más enfocadas hacia la autogestión. Que un equipo que esté todo el rato preguntando qué es lo siguiente que tiene que hacer, no ayuda, entorpece.
Pero, hay muchos casos donde se necesita todavía esa estructura. Igual momentáneamente, correcto, pero siempre teniendo en mente que necesitas a alguien para tomar las riendas y las decisiones que el equipo autogestionado no puede hacer por su cuenta. Gestionar las tareas que tiene que hacer cada uno, definir las acciones a llevar a cabo, definir los procesos, asignar las tareas, revisar que se cumplen y pedir responsabilidades cuando no es así. Todo eso lo puede hacer, como digo alguien interno o externo. Pero es vital que alguien lo haga. Es vital para tu empresa.
¿Pero qué pasa cuando el equipo no está motivado, ni está integrado ni quiere saber nada de dicho proyecto? Cuando el equipo lleva años autogestionándose, aparecen los miedos a que ese agente externo le quite el trabajo o le robe «su parcela». O no quieren trabajar juntos, nadie les ha «ordenado» y me duele decir está palabra, que todo debe cambiar. Digo ordenado por la manía que te decía antes del atender a una persona.
No digo que no pueda hacerse con un equipo autogestionado, ¡al contrario! Es maravilloso conseguirlo así. Eso sí, como jefe, como líder, tienes que ver que no puedes exigirles al equipo que hagan su trabajo y además, lo otro.
¿El jefe de proyecto es siempre necesario?
¿Debe ocurrir siempre así? ?¿Debe haber siempre una persona liderando ese proyecto, proceso o cambio? Bueno, depende de dicho proyecto, proceso o cambio. Por lo general un cambio, sea el que sea, requiere de alguien que se ponga al mando de la situación. Si son organizaciones ágiles donde una idea no te parezca mal y des tiempo a tus trabajadores a innovar y a moverse hacia donde les mueve sus intereses y sus valores pero dentro de tu empresa, oye, sin problema. Siempre encontrarás a alguien dispuesto a hacer cambios. Los problemas vienen con empresas de larga trayectoria donde «esto se ha hecho así» y no pueden ver las mejoras.
En ocasiones, necesitas una mano izquierda que ayude a que ese proyecto tan vital para la empresa, llegue a buen puerto. En ocasiones, sucede que sin esa figura, sin ese líder, el proyecto no llega a buen puerto y se desmorona por el camino. Y en otras ocasiones, necesitas repensar cómo operas en tu empresa, desmontarla y volver a crearla de nuevo.